La noche previa.- No pude dormir bien. Ya sé que los nervios me traicionan; quizá me sugestiono. Luego, desperté temprano. Antes de la hora estimada; Cómo poder dormir si era el día que había estado esperando los últimos tres meses?
Hace seis meses, en julio para ser precisos, mi objetivo era lograr una “carrera estable” es decir, poder correr por determinado tiempo, sin desfallecer; ese día, estaba esperando a correr un medio maratón, 21km, 13.1 millas.
Sin más experiencia previa que un 10k, pero con un entrenamiento bastante serio y un compromiso bastante grande, me levanté ese día. Desayuno ligero, dos horas antes de la carrera, la ropa y los zapatos ya estaban listos desde la noche anterior, junto con el equipo de medición y el ipod, que tampoco podía faltar. Todo listo desde antes, para que no hubiera faltantes de última hora.
Por la mañana.- Al bajar de la habitación al lobby del hotel, por lo menos cincuenta personas esperaban lo mismo que nosotros, el autobús que nos llevaría a la línea de salida, todos, o la mayoría temblaban, pero no de nervios; la noche anterior, la temperatura había descendido inesperadamente y unos 11°C a las 7:00, además de un cielo nublado nos recibieron al salir del hotel; después de un leve sobresalto porque el hotel no estaba preparado para transportar tal número de participantes, nos dirigimos al punto de salida.
Siendo la primera experiencia en carreras fuera de México, no pude menos que sorprenderme por el nivel de profesionalismo y organización del evento y de los participantes, 10,900 corredores calentando, utilizando los baños, entregando las bolsas en los guardarropas y entrando a los “corrales” para esperar la salida.
Himno Nacional.- Obviamente no era el Mexicano, pero no deja de ser importante que en cada evento se muestre respeto por el país de origen y el país anfitrión.
La salida.- Finalmente, el conteo regresivo y la multitud empezó a moverse, gritos y aplausos de quienes acompañaban a los participantes.
Sitio histórico.- Sin duda, este recorrido en particular, no podía pasar por alto un lugar tan emblemático como Elm St., el sitio donde JFK fue asesinado, aunque nunca pensé que dicho lugar lo conocería en el marco de una carrera, no puedo negar que me impactó ver las ventanas de la librería desde donde se supone disparo Oswald, así como la cerca de madera desde donde según otra teoría se escondía otro de los tiradores, por no hablar de la cruz en la carpeta asfáltica indicando el punto donde las balas alcanzaron al mal logrado presidente estadounidense.
La ruta.- Aun así, el recorrido impresionante, personas a todo lo largo de la ruta apoyando a sus conocidos, familiares o al “random runner”, todos ellos inyectaban ánimo a los corredores.
Sudaderas, camisas, gorras, guantes y hasta calcetas tiradas a lo largo del recorrido una vez que los corredores iban entrando en calor y se preparaban para la ruta. Calcetas? Como te quitas las calcetas a media carrera? Espero al menos hayan traído ropa viejita para “tirarla” con tanta tranquilidad…
Y las millas fueron transcurriendo, casi sin sentirlas, con el ritmo cardiaco controlado y solo dejando ir las piernas de vez en cuando, al momento en que la música en el “playlist” preparado la semana anterior, invitaba a acelerar.
Paradas por bebidas hidratantes y paquetes energéticos, siempre manteniendo y monitoreando al cuerpo y sus reacciones al pasar las millas, luego, mientras monitoreaba en los cronómetros los tiempos parciales, noté que iba adelantado, que iba más de prisa de lo esperado, y que quizá podría terminar por debajo de las 2:00:00 hrs. Sería en realidad posible?
La ruta nos llevó por diferentes sitios de la ciudad, de diferentes estratos socioeconómicos, lo que nos permitió ver, desde Mansiones imponentes con grandes jardines, hasta barrios de trailers. Sin embargo, en todos encontramos el mismo nivel de apoyo por parte de quienes salían a ver al grupo de corredores pasar.
Fue así como las millas pasaron. Recuerdo en particular el marcador de la milla 6, +/-10km, ya que fue un gran parte aguas en mi entrenamiento el completar esa distancia. Y así, continuaron pasando los señalamientos, mientras el cuerpo seguía respondiendo de manera excepcional con cada paso.
Luego, después de ver la señal de la milla 12, era momento de acelerar, de cerrar con fuerza, de confirmar si el tiempo sería inferior a lo esperado, si realmente estaba terminando un medio maratón, si los meses de entrenamiento estaban rindiendo sus frutos. Fue así como pasé al lado del Cotton Bowl, ya en el Fair Park. Para ese momento, he de ser sincero, ya buscaba la meta, no por cansancio, quería verla, quería cruzarla, completar el objetivo.
El frío? Ese ahí seguía, en algún lugar, yo no lo notaba, y fue así, como al 1:54:29 finalmente crucé la meta, fue así que cumplí el objetivo.
Justamente así fue que, una persona que hace seis meses buscaba lograr una “carrera estable” para mejorar su condición, completaba el primer medio maratón en su vida.
Hoy, a 48 horas de haber terminado, espero con ansia la siguiente carrera…
Que porqué corro?
No sé…
Como dijo Forrest Gump: “I just felt like running”