Nunca he acostumbrado medirme para comer. Alguna vez lo comenté (creo que en el post de mi abuelo). Siempre me ha gustado probar alimentos que no conozco; sin embargo, hace tres semanas empecé a sentirme mal sin haber variado mis hábitos, ni haber comido nada extraordinario; entonces, como es común (creo), cuando te duele el estómago o padeces con cierta regularidad del mismo, no vas inmediatamente al médico, sino que esperas a que “pase solo”. Solamente que en esta ocasión, no me salió.
Así las cosas, pasaron varios días y entre que mejoraba y me volvía a sentir mal, se me fueron dos semanas sin estar totalmente enfermo, ni del todo bien; lo que sí, es que en cuanto me volvía a sentir mejor, volvía a comer normalmente, hasta que, después de esas dos semanas, llegó un momento en el que ya me sentía verdaderamente mal, lo que como era de esperarse, sucedió un fin de semana, en el que los médicos están menos disponibles.
El asunto fue que durante estos días, o más bien ya pasados los días, es decir, cuando tuve la capacidad de reflexionar en el hecho, pensé cómo muchas veces oímos que la salud “es lo más importante”, o que “sin salud no se tiene nada”, o que “la salud no se compra”.
Pues bien, estos días tuve la oportunidad de vivirlo en carne propia y, aunque mi malestar no pasaba de ser una infección de mediana intensidad, en realidad logró tumbarme anímicamente, no tenía ganas de nada, no me sentía con ánimos ni de levantarme de la cama, afortunadamente la infección no me tuvo en el baño todo el tiempo, pero no era necesario, toda mi energía se esfumó; entre el dolor de cabeza y el dolor de estómago, no me quedaba nada por hacer o siquiera pensar.
Reflexionaba también acerca de aquellas personas con alguna enfermedad realmente grave o incurable, y acerca de como desde el punto de vista de una persona sana, muchas veces nos preguntamos Cómo es que dichas personas pueden siquiera considerar la idea de morir? Cómo pueden pensar en no vivir?, o cómo perder el ánimo por la vida? Digo, lo mío fue una infección, no tan sencilla, pero no grave, y aún así, ya no quería nada, prefería poder estado dormido, para estar ausente, para no estar, para no pensar en el sufrimiento, desánimo y la falta de energía.
Imaginemos ahora la carga psicológica y anímica para una persona que no sabe si va a mejorar o cuando, o peor aún, de aquellas que saben que no van a mejorar.
Así se ven, así vi las cosas desde otra perspectiva, la perspectiva de la falta de salud.
Obviamente ya habiendo mejorado y viendo todo en retrospectiva, podía pensar en cosas más banales, como todo lo que tuve que sacrificar en mi alimentación, ya que siendo de buen diente, el solo con leer la lista de las cosas de las que debía prescindir, me provocó otro dolor nada leve.
En fin, no deja de ser un sacrificio. Lo que sí es cierto, es que es increíble como con algo así, puedes valorar la salud y lo importante que es conservarla. Ahora, aunque sigo en tratamiento, poco a poco voy reintegrando a mi dieta cosas con más sabor, aunque espero que la lección aprendida perdure, así como el hábito de cuidar lo que como, sabiendo que hay cosas que no me caen bien, además de evaluar con mayor conciencia el riesgo de comerlas contra la posibilidad de enfermar.
Por lo pronto, aprovecho este momento de reflexión, para enderezar mis hábitos alimenticios por una parte, y para valorar en su justa dimensión la salud del cuerpo. Y si hay que olvidarse de los tacos de barbacoa por un tiempo, pues que así sea. Que rayos?!.
Jajaja me gustó! tienes toooda la razón...yo hace un par de años estuve muy enferma...tuve una anemia pero así terrible en combo con una infección y bueno...cuando me dieron los resultados que arrojaban los niveles de mi sangre me dijeron "Estas para transfundirte", conforme pasaron los días y como me iba sintiendo neta llegué a pensar "Y si me muero de esto???" a eso se le sumaron ataques de pánico (por el "y si me muero?") bueno...para acabar pronto no me pasó nada pero esas llamaditas de atención hacen que uno piense, chingados si tengo que dejar tal o cual hábito para estar mejor, vale la pena, siempre va a valer la pena...y ni modo amigo, que esos tequilas que te prometí ya valieron madres :)
ResponderEliminarNooooo! los tacos de barbacoaaaaa noooooo!
ResponderEliminarPues sí m i estimado Carlos, cuando he estado enferma me siento fatal y reflexiono en las mimas palabras que tú citas, ¿cómo hacen las personas enfermas de algún mal incurable? ¡Lo único q quiero es estar en cama! y al mismo tiempo pienso: esto también va a pasar, luego no lo recordaré...
y efectivamente... pasa y no lo recuerdo hasta que me vuelvo a enfermar ! =( en fin en fin