Hijito:
Hace días mientras veía un grupo de fotos tuyas, nuestras, me puse a pensar...y a recodar. Te cuento:
Antes de ti, ya te lo he dicho, yo no era un "papá" era solo un señor, aunque en lo que a mi concierne, era un niño jugando a ser adulto; luego, llegaste tú.
Muchas veces me habían dicho como un hijo "te cambia la vida", pero créeme, nada podía prepararme para la alegría tan grande que sentí cuando vi tu cabecita salir del vientre de tu mami. Nada de lo que hubieran dicho podría haberme preparado para el amor que surgió en cuanto te tuve por primera vez entre mis brazos, con tus ricitos húmedos y tus párpados hinchados.
Un rato después, en la capilla del hospital, con el amor mas grande que jamás había sentido, tuve que pedir ayuda. Ayuda para entender como manejar un sentimiento tan sublime, tan vasto, tan fuerte, pues al mismo tiempo, me sentí indefenso. Un amor tan grande, y yo tan pequeño. No se si fuera o no merecedor de una bendición tan grande, pero si El, el de arriba te puso a mi cargo, yo te recibía con un amor total, incondicional e indestructible.
Ha pasado ya un tiempo desde ese día, pero cada vez que te veo al despertar o al regresar a casa, no puedo evitar que mi corazón se acelere, no puedo evitar emocionarme en redescubrir a través de tus ojos hermosos cada una de las maravillas que tiene este mundo y que como adultos la mayor parte del tiempo damos por descontado.
Por favor ten paciencia si a veces no entiendo que apenas estas creciendo y que hay muchas cosas que para ti son nuevas y que te tomará tiempo aprender a hacerlas o entenderlas.
Gracias hijito, porque tú me enseñaste el amor que solo se puede tener a un hijo, ese que no se puede explicar con palabras, que no se puede transmitir, que solo se obtiene al ser padre.
Gracias por hacerme comprender la fuerza que tiene la palabra "hijito" tantas veces pronunciada por mi padre.
Gracias por hacerme comprender la fuerza que tiene la palabra "hijito" tantas veces pronunciada por mi padre.
Gracias, chaparrito, porque tú siempre serás quien me convirtió en un PAPÁ.
Precioso relato...
ResponderEliminarUna nueva vida nace al llegar los hijos y no es la de ellos... sino la de uno mismo...
No soy madre...pero tengo padre, te leo con lágrimas (soy bien chillona) hermosa entrada, muchas gracias por compartirla.
ResponderEliminarYa mero te llega la hora!!!
EliminarMuchas gracias por leerme.
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