Mi Derecho Izquierdo de ser Zurdo
Hoy me volvió a pasar, estar sentado en una mesa, de esas en las que colocan un sitio más del normal para optimizar espacio, pero que a los comensales nos deja con un problema operativo a la hora de comer.
Pues resulta que habemos a quienes este tipo de situaciones resulta más complicado de lo normal. Porque? Pues por la simple razón de que yo, como aproximadamente el 10% de la población mundial, soy zurdo.
Desde niño he escuchado historias acerca de cómo en el pasado éramos mal vistos, como si fuese una especie de enfermedad o defecto, ya saben, la típica historia en la que a los “niños de antes” les amarraban la mano detrás de la espalda para que aprendieran a escribir con “la mano correcta”. En fin, crecer escuchando esas historias me hacía sentir feliz de haber nacido cuando nací, y no antes. O que tal la de “Los zurdos son más inteligentes” no sé si en general pueda determinarse si lo somos y la neta , me da flojera investigar en internet si existen datos probatorios, lo que sí, es que esa parte me hacía también sentir, por lo menos, especial (en un buen sentido).
El problema radica en que, sí, somos diferentes; pero resulta que en un mundo dominado por los diestros (claro, son mayoría lo entiendo) no siempre todo es maravilloso para nosotros, es decir, tampoco es un calvario, pero hay, de vez en cuando, pequeños detallitos que te hacen la vida un poco más difícil, detalles que un diestro da por sentado.
Mis experiencias? Ah! Como no, por ejemplo:
Aquellos pupitres para dos personas típicos de las escuelas públicas eran una verdadera odisea, por no llamarlo suplicio, siempre tenía que estar pidiendo me “acomodaran” del lado izquierdo del mismo para no tener los codos chocando todo el día.
O que tal las navajas de excursión con filo para diestros? Traten de cortar algo con la mano izquierda, solo conseguirán que se atore.
No hablemos de las tijeras y ese sutil pero tan necesario movimiento entre el dedo pulgar y el resto de los dedos que hace que las hojas de la misma se “junten” para cortar papel, pero que el mismo movimiento con la mano izquierda las separa consiguiendo únicamente doblarlo.
Que me dicen de pasar los tres años de secundaria escribiendo en un pupitre individual para diestro, es decir, estar torcido todo el día mientras se escribe en una “paleta” colocada al lado contrario de la mano con la que escribes? Eso, para no mencionar las peleas por el único pupitre zurdo que la SEP tan caritativamente hizo llegar a la escuela. (Será por eso que ahora prefiero mil veces teclear que escribir?).
O el más divertido (ajá) y generador de tantos elogios por la limpieza de nuestros trabajos escritos a mano, el clásico y famoso estilo de escritura de izquierda a derecha. Cuantas páginas manchadas, tinta corrida, letras a lápiz “sombreadas” por el grafito tallado con la mano después de escribir.
En fin, este post no pretende ser queja, sino recordatorio de esos y tantos otros detalles y anécdotas, unas divertidas, otras no tanto que son parte de lo que nos hace “especiales”; aunque la verdad, después de todo este tiempo me sigue persiguiendo la duda:
Porqué “Diestro”, que tiene su raíz en el latín “dextro”, es alguien hábil; mientras que “Siniestro”, con origen en el latín “sinister”, (solo escribirlo evoca cosas poco agradables) se usa para eventos infelices, averías, hechos funestos, etc.
Es pregunta…