jueves, 25 de agosto de 2011

...de recuerdos imborrables y aniversarios luctuosos


Parece que por estos días es inevitable pensar que el mundo se está yendo al carajo, lo malo es que tenemos (por lo menos que yo recuerde) casi 10 años de pensar asi…


…todo empezó aquella mañana de martes, 11 de Septiembre del 2001. Los hechos? Todos los conocemos. Dudo que exista alguien que no recuerde donde estaba, como se enteró o que pensaba en esos momentos.

Yo? Recuerdo que en ese entonces, a mis cortos 24 años, tenía mi propio negocio. Esa mañana me preparaba para ir a la oficina,  cuando por las noticias me enteré del primer avión estrellado, asi que, raudo y veloz, tomé la TV mas fácil de cargar de casa de mis papás, la subí a mi pick up Chevrolet caja California (las nalgoncitas) y me lancé a la oficina. Ahí, recuerdo claramente haber estado sentado en un banco de restirador (quien esté relacionado con el diseño, ingeniería o arquitectura sabrá perfectamente de que hablo), con los codos en las rodillas, pensando: “el mundo no volverá a ser el mismo”.

Curioso pensamiento, si tomamos en cuenta que yo tenía solo una semana de haber visto personalmente las Torres Gemelas en mi regreso de un viaje de mochilazo por Europa que, gracias a mi negocio propio, había podido costearme. 
Recuerdo que aún estaba en la etapa en la que,después de un viaje de esa naturaleza, cae cualquier mexicano (creo) al darse cuenta de las abismales diferencias en cultura y nivel de vida que se pueden encontrar al otro lado del Atlántico. Si hasta antes de ese viaje me decía a mi mismo que no por haber nacido en Monterrey, significaba que moriría ahí, no fue hasta que visité lugares como Paris, Bruselas, Zurich o Münich, que entendí lo que significaba “otro mundo”. En fin, aun me encontraba en esa etapa en la que, además de lidiar con el “jetlag” tenía que hacerme a la idea de que yo tenía un negocio que manejar, una nómina que pagar, clientes que atender y una vida en México a la que había que volver...cuando llegó ese Martes de Septiembre.

Y lo anterior, para no mencionar que los acontecimientos se dieron un día antes de mi cumpleaños 25, asi que ahí estaba yo, apoyando la barbilla en mis codos, tratando de entender lo que estaba pasando y las implicaciones que eso tendría en mi vida…

Que lejos estaba de saber que tanto cambiaría la vida!, de saber el impacto real que ese incidente tendría para toda la economía mundial, para la vida de todos, para nuestra forma de viajar, para mi negocio. 
En fin, el mundo en que hoy vivimos, en mucho está definido por esos acontecimientos, sin embargo, mucho de lo que soy, de mis sueños, de mis esperanzas, de mis planes, de mis anhelos, de la percepción que tengo de la vida, no se debe tanto a ese hecho en particular, sino al viaje que me regalé un mes antes de que el mundo cambiara tanto, cuando aun había cierta “inocencia” en el viajar.

En algún lugar escuché algo así como: “usa el dinero para acumular experiencias, no bienes” y la verdad es que es una gran frase, llena de sentido y razón. Al igual que la lectura, viajar abre la mente a nuevas experiencias y esperanzas, sueños y anhelos.

Definitivamente el 2001 marcó un parteaguas en muchos sentidos en mi vida, afortunadamente me dejó mas el viaje, que lo que vivimos, y hemos vivido desde aquel 11 de Septiembre.

2 comentarios:

  1. Vaya que sí, el mundo ha cambiado mucho, pero de no haber tenido aquel viaje, la óptica con la que ves ahora la vida sería muy diferente. Es un placer seguir leyéndote Carlos!

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  2. El mundo no cambia.. cambiamos, tu, ellos, yo.. los demas... todos! y hacemos mal las cosas... al pasar algo similar, descubri que el mundo es mas bello de lo que me han platicado, de lo que yo hago de lo que yo pienso....

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